Dr. A​​rturo Morlet Barjau

Médico Cirujano, Especialista en Psiquiatría y Psiquiatría de Especialidades Médicas

 ​Antonio de Mendoza No. 129, Fraccionamiento Virginia entre Jardines y Jacarandas . Veracruz, Ver.

Tratamientos mediante Psiquiatría

Insomnio

El insomnio se define como dificultad para iniciar o mantener el sueño y puede manifestarse como dificultad para conciliar el sueño (insomnio inicial), despertarse frecuente durante la noche o despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal). 1 Según la duración del problema también puede dividirse en insomnio agudo si dura menos de 4 semanas, subagudo cuando tiene una duración de entre 4 semanas y 6 meses, o crónico si dura más de 6 meses. La queja más frecuente asociada al insomnio es la somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día.

El insomnio puede deberse a muchas causas, entre ellas insomnio primario, estrés, trastornos psiquiátricos como la ansiedad o la depresión, insomnio relacionado con alteraciones del ritmo circadiano ciertos medicamentos. En la actualidad, es frecuente la prescripción de fármacos para el tratamiento a corto plazo del insomnio, sin embargo el tratamiento farmacológico debe evitarse durante periodos de tiempo prolongados, y es conveniente en ciertos casos de insomnio crónico el uso de otras técnicas, como la terapia conductual, cognitivo-conductual. Es importante el uso de medidas generales o higiene del sueño, entre ellas seguir un horario lo más regular posible.

El insomnio puede tener orígenes diversos:
  • Situaciones generadoras de estrés temporal o crónico, debido a problemas o preocupaciones laborales, familiares,
    sexuales, económicas, etc.;
  • Las condiciones físicas del espacio en el que se descansa;
  • Hábitos irregulares del sueño, así como cambios frecuentes de horarios a la hora de irse a dormir o de levantarse;
  • Malos hábitos alimenticios (cenas copiosas, irse a la cama con hambre);
  • Consumo de sustancias excitantes del sistema nervioso (té, café, alcohol, bebidas con cola, tabaco y drogas varias);
  • Tras intervenciones quirúrgicas (las patologías orgánicas que vienen acompañadas de dolor suelen ser causantes
    de dificultades para dormir);
  • Abstinencia del alcohol o de otras sustancias depresoras del sistema nervioso;
  • Efectos secundarios de los medicamentos;
  • Trastorno de estrés post-traumático: después de algún accidente, de un golpe, de un traumatismo o de alguna otra
     situación estresante (generalmente intensa y repentina)es posible que el individuo tenga dificultades leves o graves
     para descansar;
  • Estados de ansiedad excesiva (véase crisis de ansiedad y ataque de ansiedad).

El descanso es fundamental para el organismo, con una finalidad restauradora: es esencial para la conservación de la energía y la termorregulación, y en general para que podamos ser capaces de tener un grado satisfactorio de vigilancia y atención durante el día. De este modo, la falta o una calidad pobre del mismo puede traer consecuencias tales como:
  • depresión
  • dificultades de concentración
  • somnolencia diurna
  • cansancio constante
  • accidentes de tráfico y laborales
  • irritabilidad
  • dificultades de memorización
  • desorientación existencial
  • conflictos